Me tomo cinco minutos...




Cinco minutos de descanso. Que la legalidad la administre otro. Nosotros queremos hablar... (pavadas dirán nuestros detractores. Y tienen razón!)


Le acerco a Ralph, papelito y lapicera. Comienza la sesión, sin Javier.

Bla...bla....bla....
bla....bla.... bla....
bla...bla.....bla....

Hasta cantamos esa mañana.

Tuvo que irse con las leyes a cuestas. Me dejo este dibujo. Que soy yo es más que claro. Ahora, no sé quién o quiénes me acompañaban...¿Un fantasma? ¿Dos?

Evidentemente, Ralph ve más allá.

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en quince segundos, sin repetir y sin soplar...